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BBF 2013

Esta edición del Barcelona Beer Festival 2013 era curiosa para nosotros. Por mi parte, no había anhelo profesional alguno, sólo un aficionado más, desprendido de obligaciones empresariales, deseando probar cervezas. Y por parte de la Secretaria de Agit-Prop, al ser la nueva encargada de cervezas de La Tape (C/San Bernardo, 88, Madrid), era todo lo contrario, debía redoblar los esfuerzos en relaciones públicas, hablar con gente del sector, etc. Así que una doble visión.

Lo primero que debo decir es que tras hablar ratos más o menos largos con organizadores del evento como Mikel Rius o Salva Marimon nos queda totalmente claro que estamos ante gente muy seria, que sabe hacer las cosas, que trata al producto con el respeto que se merece y que intenta hacer lo mejor posible, a parte de ser personas de lo más agradable. Son una garantía de éxito y profesionalidad.

Y es que el Festival, para mí, fue un éxito. Del formato se ha hablado ya, por lo que es más o menos conocido por todos, por lo que me ahorro repetirlo. Vamos a centrarnos en las mejoras y en lo mejorable.

En el apartado de mejoras, casi todo. Del año pasado quedó claro que la ubicación se quedó pequeña. Este año, en la Plaza de las Arenas, ha sido mucho mejor. Más espacio, más amplitud, mejor distribuído. Menos aglomeraciones, mayor control del aforo. Otro fallo del año pasado, el mal estado de los baños, corregidísimo. Arreglar el tema de poder lavar los vasos, también corregidísimo. El año pasado había un descontrol en los paneles de las cervezas, este año se ha puesto una pizarra y cada vez que se cambiaba una cerveza se tocaba una campana, de forma que entre el jolgorio general se formaban las colas en los grifos correspondientes. Se han hecho más actividades que el año pasado (tal vez poco anunciadas, o tal vez yo estoy en mi parra) y la distribución de los diferentes stands ha sido muy cómoda.

El ambiente era extraordinario, la organización muy buena. Pudimos encontrarnos con viejos amigos como Álvaro Petroleos, Gabriel Zombier, Pau Lupuloadicto, la troupe Funesta, David de Cervezorama, la muchachada de Labirratorium, Tibor de Animal, Raul de Irreale/In Birra Veritas… así como conocer a unos cuantos con los que habíamos tratado por Internet, el personal de Cervecearte, los compas de Observatorio Cervecero, el polémico Jardinero del Lúpulo, Damcu, Joan Birraire y varios que seguro que me dejo en el tintero (ruego me excusen).

Vamos al apartado de las cosas a mejorar:

1.- La comida. Se ha mejorado un poco, pero sigue siendo insuficiente. Lo que había era de calidad, pero raciones muy pequeñas a precios nada competitivos. Al final había que ir a los locales del Centro Comercial para comer algo contundente, de lo contrario quedaba asegurado el pedo alcohólico. 

2.- La distribución de las cervezas. En el catálogo había muchas joyas, pero rara vez estaban puestas. Pienso que se intentó ir “de menos a más”, pero los frikis estábamos esperando salivando a las rarezas que teníamos marcadas en nuestro catálogo. Se intenta contentar a todos los públicos y es lógico, pero a veces había barriles más “normalitos” entorpeciendo la llegada de los cracks

3.- La distribución de los grifos. Lo hablamos entre varios, ¿no sería buena idea que los grifos se agrupasen por estilos? Había momentos en los que a uno le apetecía una porter, cualquier porter, y tocaba mirarse toda la pizarra, contrastando con el catálogo, a ver lo que era cada cosa. A veces lo indicaba, pero otras no. Mi sugerencia es organizar los grifos de forma que todos sepamos que del 10 al 20 son porter, del 21 al 25 son de trigo, etc etc (algo así). Hay momentos en los que vas a cazar rarezas y otros en los que el cuerpo te pide un estilo concreto, para esos momentos iría bien organizar algo así

4.- Exceso de catalanas. Vale, he dicho que me molaba la selección, y entiendo (y admiro, y defiendo) que se potencie lo local, pero a veces daba la sensación de que algunas micros catalanas estaban ahí un poco “por estar”. Quisimos probar mucho producto local y tal vez vinieron por ahí los mayores chascos.

5.- Poder beber menos. Estaba puesto que en las cervezas de cuatro fichas, por dos fichas podías llenar medio vaso. Pero algunas cervezas muy alcohólicas costaban 3 fichas y personalmente me habría bastado con medio vaso, sólo por probar. Y no iban a cobrarte una ficha y media… Yo pondría vasos más pequeños y precios de 1, 2 y 3 fichas en lugar de 2,3 y 4, de esa forma probaría más y tal vez ayudaría a tener más rotación.

6.- Tizas más fuertes. Sí, al final no se veía lo de la pizarra.

 

En general, las pocas cosas a mejorar no me parecen especialmente graves. Tal vez lo más necesario sea controlar más la variedad de las “all-star” y mejorar lo de la comida. Lo de la comida es importante porque uno quiere probar cosas pero no quiere acabar como Las Grecas, y si no quieres acabar como Las Grecas, además de controlar has de comer además de beber, pero si por tres fichotes sólo tienes para comer un plato ínfimo…

Más cosas, se ha criticado lo de que no haya puestos de los cerveceros. Creo que esto hace diferente al BBF y a mí me mola. Los cerveceros pueden ir relajados, relacionarse, identificarse tranquilamente. Creo que mejor que pululen por ahí adecuadamente identificados en lugar de tener que comerse el peñazo de estar en su puesto encerrados todo el día sin poder hablar con nadie porque han de encargarse de llevar todo el equipo, servir a todo el mundo, etc.

En fin, por mi parte, BBF rules, larga vida al BBF y los miembros del Comité del Lúpulo quedamos a la disposición de los organizadores para todo lo que deseen realizar por tierras castellanas

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